La retinopatía diabética es una complicación de la diabetes que causa daños en la retina, situada en la parte posterior del ojo. La retina es la responsable de la transmisión de luz al ojo y su deterioro puede desembocar en ceguera. En este artículo trataremos de explicar esta enfermedad, sus síntomas y cómo puedes reducir el riesgo de padecerla si tienes diabetes.
¿Qué causa la retinopatía diabética?
Para entender qué causa esta afección, primero debemos entender qué es la diabetes. La diabetes es una enfermedad crónica que hace que haya un nivel muy alto de azúcar en sangre, pues el cuerpo no produce insulina o no es capaz de procesarla adecuadamente. La insulina es una hormona que nos ayuda a regular nuestros niveles de azúcar y a transformar ese azúcar en energía. Existen dos tipos de diabetes:
- Tipo 1: El sistema inmune del cuerpo ataca a las células que producen insulina.
- Tipo 2: El cuerpo no produce suficiente insulina o no reacciona a ella.
La diabetes no causa pérdida de visión en sí misma, pero las personas con diabetes, sin importar de qué tipo, corren el riesgo de desarrollar una retinopatía diabética. Los altos niveles de azúcar en sangre pueden causar daños en los vasos sanguíneos de la retina, que necesita un suministro de sangre constante. Normalmente esto se desarrolla en tres fases principales:
- Retinopatía no proliferativa: Aparecen pequeños bultos en los vasos sanguíneos de la retina. Los vasos sanguíneos pueden sangrar y derramar fluido en la retina, pero la vista normalmente no se ve afectada en esta fase.
- Retinopatía preproliferativa: A medida que los vasos sanguíneos se hinchan, el flujo sanguíneo se ve obstruido, causando a veces un sangrado más significativo en el ojo. Además de provocar cambios en la retina, esto también podría dañar la mácula, responsable de nuestra visión central, y desembocar en un edema macular diabético. Más del 50% de las personas que padecen retinopatía diabética desarrollarán también esta afección. Si la retinopatía diabética alcanza esta fase, existe un mayor riesgo de que tu visión se vea afectada. Es posible que tu médico recomiende que te hagas revisiones oculares más frecuentes, quizás cada 3 o 6 meses.
- Retinopatía proliferativa: En esta fase, la obstrucción de los vasos sanguíneos dañados hace que la retina no reciba suficiente sangre. Esto causa la aparición de nuevos vasos sanguíneos, normalmente más débiles y propensos a desgarrarse y sangrar. Al cicatrizar, se crea tejido cicatricial que puede hacer que la retina se separe de la parte posterior del ojo (desprendimiento de retina). En esta fase existe un riesgo muy alto de pérdida de visión. El tratamiento podría evitar que empeore, pero es muy probable que no puedas recuperar la visión que hayas perdido.
Síntomas de la retinopatía diabética
Como ya dijimos, las personas que padecen esta condición no suelen notar cambios en la visión al principio. Sin embargo, aún es posible detectar la retinopatía diabética durante una revisión ocular. En fases más avanzadas, se podrían experimentar los siguientes síntomas:
- Dolor o enrojecimiento de los ojos.
- Deterioro progresivo de la vista.
- Visión borrosa.
- Moscas volantes: figuras que parecen flotar en tu campo de visión. Podrían parecer manchas oscuras o líneas serpenteantes.
(Visión normal)
(Visión con retinopatía diabética)
Tener estos síntomas no quiere decir que padezcas retinopatía diabética, pero aún así es importante que tu médico u oftalmólogo te examine.
Factores de riesgo
Como ya dijimos, cualquier persona con diabetes puede desarrollar retinopatía diabética. Sin embargo, hay ciertos factores que pueden aumentar el riesgo de padecerla:
Haber padecido diabetes durante mucho tiempo: cuanto más tiempo se haya padecido diabetes, mayor es el riesgo de desarrollar retinopatía diabética.
Altos niveles de azúcar en sangre que no se han controlado adecuadamente.
Tensión arterial alta.
Colesterol alto.
Embarazo: Si una mujer padece retinopatía diabética, esta puede empeorar más rápidamente durante el embarazo debido a un aumento del nivel de azúcar (glucosa) en sangre.
La etnia: las personas de origen africano, caribeño o asiático corren un mayor riesgo de desarrollar esta condición.
Fumar, que también puede aumentar el riesgo de desarrollar otras complicaciones asociadas a la diabetes
Prevención y tratamiento
La mejor manera de reducir el riesgo de desarrollar retinopatía diabética es manteniendo la diabetes bajo control. Asegúrate de tomar tu medicación para la diabetes y de controlar tus niveles de azúcar en sangre, tensión arterial y colesterol. Por supuesto, hacer ejercicio y mantener una dieta saludable también puede ayudarte.
En cuanto al tratamiento, solo será necesario si tu visión peligra. Tu doctor llevará un control del progreso de la enfermedad y te prescribirá un tratamiento si este fuera necesario. Los posibles tratamientos son:
Inyecciones de medicamentos con esteroides: se inyectan directamente en los ojos y pueden ayudar a frenar el avance de la enfermedad al detener el crecimiento de los vasos sanguíneos inflamados.
Cirugía láser: para encoger los sanguíneos inflamados que están afectando a la vista.
Una operación en el ojo: para extraer sangre y tejido cicatricial.
Ayudas para la baja visión, iluminación y tecnología
Existen diversas herramientas y dispositivos que pueden ayudar a las personas con retinopatía diabética a llevar a cabo actividades de la vida diaria y conservar su independencia. Las ayudas para la baja visión pueden ser útiles para realizar muchas tareas cotidianas.